¿Obediencia o ilusión?



Hay frases que se apuntan, se quedan y hacen reflexionar sobre la situación del sistema sanitario y de sus recursos humanos…


La leímos en un artículo de Cayetano Tahoces (Hospital Fundación Alcorcón) sobre dirección por objetivos que publicó la revista Calidad Asistencial y sintetiza los problemas que acarrea el actual sistema retributivo (sin apenas diferenciación, lo mismo para todos) y el sistema funcionarial de acceso a los puestos de trabajo (ineficiente y burocrático).

Planteaba Cayetano que:
La gestión de la ilusión en lugar del control de la obediencia nos llevará a una nueva forma de gestión de nuestros recursos humanos

¿Pasaremos algún día los directivos y los jefes de ser controladores de obediencia a gestores de ilusión? El viento no sopla a favor y pocos aplauden estos cambios, pero merece la pena seguir soñando y trabajando duro por si algún día la realidad nos sorprende.

8 comentarios

  1. Y nos sorprenderá.
    Mira una e las ventajas que le veo yo a esto del 2.0 es que ¡te encontré! ¡os encontré! y como hemos dicho algunas veces: "levantaté con una sonrisa, verás como desentonas …." porque yo me pregunto "¿Cómo se gestiona la ilusión desde la tristeza y la desesperanza?" …. ¡vamos colegas a trabajar! …. un par de besos, un abrazo y ¡a por todas! poco a poco se llega lejos ….

  2. Gestionar el talento solo es posible en equipos ilusionados, con ganas de hacer cosas nuevas y avanzar.

    Todo grupo humano quiere esto, estamos diseñados para caminar en pequeños grupos y enfrentarnos a continuos retos.

    Ahora, además, tenemos la posibilidad de crear nuestro propio grupo. Todo está cambiando.

  3. Gestores de ilusión… anda que no pides nada! Ojala sea el planteamiento. Lo malo es que mandar u obligar es mas facil que convencer, y más rápido (a no ser que estes entrenado o tengas carisma).
    Es lo de siempre: tenemos que creer para convencer, tenemos fijarnos objetivos a medio plazo y no carreras sin fin… y tenemos que perseverar.
    En fin, que otra vez has dado en el clavo.
    Un beso

  4. Genial entrada y grandes comentarios.

    Como dice Juana, una de las GRANDES ventajas de esto del 2.0 es que ¡os encontré!

    Y como dice Salva: "Gestionar el talento solo es posible en equipos ilusionados, con ganas de hacer cosas nuevas y avanzar"

    Pero lo malo es que, como dice Azucena "mandar u obligar es mas facil que convencer, y más rápido" o, al menos, suele ser así… 🙁

    En fin, espero que algún día lleguéis a ser gestores de ilusión. Algunos estáis en ello y váis muy bien, las cosas están cambiando y no creo que algo así quede tan lejos.

    Muchas gracias y no cambies, llegarás muy lejos!!!

    Un abrazo!

  5. He tenido un Director en la Clinica donde trabajo que gestionaba ilusiones. Sacan lo mejor de el y de nosotros estimulaba, organizaba, preguntaba y andaba siempre riendose. Con el he trabajado mas que nunca y me he ido a casa mas contento que nunca porque las cosas funcionaban con la participación de todos.
    Después vino un Director que gritaba, lo acaparaba todo, no delegaba, no se fiaba, querida obediencia ciega. Y los números cayeron, trabaje menos que nunca pues no tomaba iniciativas, no me implicaba. Llegaba a casa cansado y preocupado…estuve a punto de irme.
    Lo que dices ya lo he probado y te aseguro que hay grandes y buenas diferencias.

  6. Los entusiastas que seguimos ilusionados con nuestro trabajo confiamos en que cambie en algún momento para hacerlo de esta forma que comentas, mientras tanto en la medida que podemos tratamos de aplicarnos el cuento… A tres picapedreros trabajando les preguntaba un paseante por su trabajo, el primero respondió corto piedras de mamposteria y hago un muro cuanto mas trabaje más cobraré no moleste, el segundo le dijo cortamos piedras y las vamos colocando ordenadamente de acuerdo a los planos, le respondió de mejor gana, el tercero que trabajaba con más afán y sonriente al preguntarle el paseante le respondió "Construimos una catedral" ¿Con cuál de ellos nos identificamos en nuestro día a día? Yo prefiero pensar que construyo la catedral, aunque algunos días sólo vaya a cortar piedras.

  7. ¡Claro que merece la pena!

    La ilusión es fundamental en todos los aspectos de la vida, también en el trabajo e imprescindible en el campo de la sanidad. Me encantaría que mis jefes fueran gestores de ilusión, también yo seguiré soñando, a lo mejor algún día el viento sopla a favor…

    Haciendo un guiño a la canción, para mí no existe dilema: espero que nuestro rumbo cambie porque tiene que cambiar.

    Buena elección musical y mejor entrada. Enhorabuena Miguel!

  8. Lamento decirlo, pero nunca he conocido a un directivo que hiciera que mi trabajo me ilusionase. Y creo que ya es imposible que nadie lo logre… 🙁

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