La administración sanitaria y las ruedas cuadradas



La gestión pública es garantista y se centra en evitar, ante todo, que el funcionario y el político se desvíen del objetivo fundamental: interés público y servicio al ciudadano. Para conseguirlo, se crean múltiples procedimientos de control para que los actos administrativos sean legales y apropiados al fin último de la administración.


Hasta aquí, todo lógico. Pero claro, para ello, el sistema jurídico español se basa en normas seculares, que controlan mucho y ayudan poco en la gestión de organizaciones como las sanitarias. Antes que aburriros con teorías y normas, os pondremos algunos ejemplos reales:


– No se incentiva el ahorro. Si un hospital o gerencia de primaria ahorra mucho en receta médica y pretende con el dinero ahorrado contratar a un farmacéutico o un médico de familia o crear una unidad de investigación, no se puede. Son capítulos presupuestarios diferentes y hay que hacer una serie de procedimientos lentos, difíciles, complejos. Y todo por seguir los principios clásicos de la gestión presupuestaria.


– Aunque existen técnicas de hacer presupuestos mucho más eficientes, se sigue utilizando mucho la famosa técnica de “lo del año pasado más el incremento del IPC“. Se asume que un hospital o centro de salud o servicio médico o unidad o loquesea va a necesitar como mínimo el mismo dinero que el año anterior, haga lo que haga. Hay técnicas como la del presupuesto base cero que obliga a justificar todo el dinero que se necesita, equilibrando las necesidades entre centros y asignando más al que más lo necesite. Así se podría valorar el futuro, no el pasado. Pero esto no gusta mucho…


– Un sistema retributivo arcaico. Si surgen necesidades nuevas, la administración debería adaptar las retribuciones a dichas funciones (no pagar más o menos, sino pagar lo que se debe pagar). Pero pese a todo, lo único que se ha conseguido es crear carrera y desarrollo profesional (parecen unos trienios más) y una productividad (con buenas ideas de base pero con poco dinero).

Resultado final: garantizar la legalidad de la actuación pública atenta muchas veces contra la eficiencia. ¿Será falta de confianza en los gestores públicos o sencillamente que en la administración las leyes son así y cambiarlas cuesta tiempo y hacen falta ganas? ¿Por qué no se crean procedimientos más ágiles de trabajo? ¿Y aplicar el principio de responsabilidad del estilo “te asigno unas funciones por delegación, si lo haces mal, zas“?

A veces las ruedas cuadradas las creamos nosotros mismos. 

7 comentarios en “La administración sanitaria y las ruedas cuadradas”

  1. Recomendable leer la revista Jano de enero 2011. '¿Debe avanzarse hacia la profesionalización de los gestores de las instituciones sanitarias?' por Joaquín Estévez Lucas, presidente de Sedisa (Soc. Esp. de Directivos de la Salud).

  2. Estoy totalmente de acuerdo contigo y no podría haberlo escrito mejor, Maestro.

    Muchas cosas tienen que cambiar en la gestión… y creo que están cambiando, aunque no se esté haciendo tan ágilmente como requerirían los tiempos en los que vivimos.

    Personalmente soy de los optimistas que cree que el cambio está más cerca de lo que parece. Y que haya directivos como tú incrementa más mi optimismo.

    Gracias por tu excepcional entrada.

    Un abrazo.

  3. My friend, cuánta razón llevas… me quedo sólo con la parte de la carrera profesional, porque lo que prometía una buena herramienta de motivación y que el profesional no se quedara estancado, ha terminado siendo una segunda forma de pagar antigüedad, por lo tanto, estamos pagando dos veces lo mismo… y por cierto, pagar simplemente por los años que llevas, no es muy motivador que digamos.

    Un abrazo,

  4. Enhorabuena! he aquí el economista. Es una pena no poder aplicar los conocimientos de gestión, etc. en el ámbito sanitario. Es como si la gestión no fuera con el resto y realmente es fundamental. La gestión somos todos, desde el primer paciente que entra hasta el Director general de la AVS, pasando por todos los estamentos. Quizá si nos concienciáramos y nos sintiéramos parte de un equipo (que es lo que somos), el servicio al paciente se vería favorecido.

  5. Algunos de los problemas que mencionas también ocurren a veces en la gestión privada, pero en ese caso las soluciones son implementables si el accionista quiere. En el sector público, con el marco jurídico actual, me temo que no.

    Estaría encantado de dar más libertad a los que gestionan el dinero de mis impuestos porque seguro que las cosas podrían mejorar. Encantado. Pero a cambio exigiría lo que tu ya mencionas, responsabilidad. Y de eso por aquí no hay. No sólo cuando se meta la mano en la caja (faltaría más!), sino también cuando no se obtengan resultados. Y me temo que eso no lo conseguiremos ni de broma.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio