Los océanos azules y la obsesión por el tamaño


Locos por los datos, por compararnos con el de al lado, por criticar las corrientes radicales o conservadoras… Locos por arremeter contra los nuevos modelos sanitarios, contra los viejos modelos, contra las ideas, contra las costumbres, contra los cambios. No dejamos títere con cabeza en el entorno sanitario español, y lo que te rondaré… Pero quizás deberíamos cambiar de rumbo y descubrir cuales son nuestros océanos azules (un concepto del mundo de la gestión que se puede definir como la necesidad de dejar a un lado la competencia destructiva entre organizaciones si se quiere ser un ganador en el futuro, ampliando los horizontes del mercado y generando valor a través de la innovación).

Rescatamos para la ocasión un artículo de 2004 titulado “There is no perfect health system“, firmado por Elizabeth A. McGlynn, publicado en Health Affairs, que formula una serie de conclusiones muy claras:
– La calidad de la asistencia sanitaria no está relacionada con cuanto gastas, sino con como lo gastas. No importa el presupuesto total, importa el uso que le demos.
– Comparte la información para mejorar. Medimos los resultados pero no los procesos, y lo importante es aprender a hacerlo como el mejor.
– El mejor sistema sanitario no depende del tipo de organización. Lo que marca realmente la diferencia es la forma de hacer las cosas.

Y lo más curioso y llamativo, es que hacer mejor las cosas depende de todos (y no penséis que es una simple perorata). Ahora solo queda pedir a los políticos que mejoren las organizaciones para que se consiga, al menos, lo siguiente:
– Medir nuestros procesos y resultados y permitir que se puedan comparar.
– Compartir información entre profesionales, unidades, centros, etc. Y por supuesto compartirla con otros servicios de salud.
– Suavizar las rigideces organizativas para que hacer mejor las cosas sea una tarea sencilla, o al menos posible.

Ah, y ya sería perfecto si dejamos de comparar el gasto total y el gasto per capita en sanidad entre territorios. Ni el que más gasta es el mejor, ni el que menos gasta es el peor. Esas comparaciones no llevan a ningún sitio, excepto para los políticos y agitadores diversos. El problema es que tenemos una sola fijación: crecer para igualar al mejor, pero en tamaño, no en calidad. ¡Y el tamaño no importa!

El claro ejemplo de la obsesión por el tamaño es escuchar a muchos jefes de unidad que se comparan con otras unidades en base al número de profesionales que tienen. Piden crecer para hacer más (o incluso para hacer lo mismo), y punto. Pocos se fijan en hacerlo mejor o en cambiar los procesos: saben que el largo plazo no es más que la suma de muchos cortos plazos, y la estrategia del “virgencita virgencita que me quede como estoy” a veces funciona, sobre todo en la sanidad pública.

Y finalmente, a ver si los profesionales y las organizaciones que los agrupan y representan empezamos a aceptar que los procesos pueden hacerse de otra forma. Y que los problemas existen para buscar soluciones, no para estancarnos. Innovar no es un verbo extraterrestre, y se conjuga fácilmente, incluso aquí.

En febrero de 2009 comentamos en este blog que el principal motor del cambio en la sanidad es la inercia, y parece que muchos actúan para que siga siendo así. Y si la inercia es el motor, parece que la comodidad es el objetivo final.

Hoy es jueves y tocaba vomitona de conceptos e ideas. Será que ya estamos en julio y todo cambia, ojalá sea cierto. Nosotros seguimos con nuestro océano azul, ¿sabes cual es el tuyo?

7 comentarios

  1. Pedir que un político se comunique con un médico clínico… es como si el papa viniese a verme a mi consulta a ver cómo trabajo y cuáles son mis necesidades. Imposible. Han cogido la posturita en la poltrona, creo.

  2. Me ha encantado el post, y creo que refleja muy bien la realidad. Cuando analizas las necesidades de algunos jefes de servicio, pero con datos en la mano, te das cuenta de que pueden solucionarse sin necesidad de una mayor inversión de recursos, que a veces (insisto, a veces, cada caso es diferente) bastan cambios en el sistema de turnos, en la distribución de los espacios o en el proceso de atención para obtener resultados inesperados y muy positivos.

    Por cierto, la canción genial!

  3. Miguel estoy de acuerdo contigo en parte, creo que comparar (en las mismas condiciones) es bueno si te sirve para crecer o para saber que estas haciendo mal o bien. El benchmarking es una herramienta mas de gestión aplicable a la sanidad de manera constructiva. Mi experiencia en los hospitales donde he trabajado es que siempre existen desigualdades. Si coinciden servicios con buenos jefes, acompañados por buenos facultativos, el servicio crece mucho, muchas veces de manera desproporcionada en comparación con otros. Se dan situaciones dificiles de rectificar una vez instauradas, todos conocemos hospitales donde está mas potenciada la cardio, en otros la neumo, digestivo…porque? Quizás estar en el momento justo en el lugar adecuado y nada mas. También creo que queramos o no el presupuesto total importa, pero importa mas como invertirlo. La gestión por procesos es una solución, pero dificil de llevar a cabo y tambien sujeta a "modas". Me quedo contigo con INNOVAR (pero te deben de dejar algo de pista para despegar) y CRECER EN CALIDAD. Todos estamos implicados.
    Saludos.
    PD: Hoy ocupaste parte de mi "ratito" de café, pero me gustó mucho tu post.

  4. Estimats:eso del tamaño suena a que es una preocupación masculina. Alguien tenía que decirlo. Qué tal una encuesta de estar por casa a ver si funciona igual con señoras que con señores.
    Bastante de acuerdo contigo, poniendo en muchas cosas un "no todo". No todo es presupuesto, no todo es proceso, no todo es resultado….
    Afectuosos saludos desde Barcelona (a punto de que el calor me convierta en líquido)

  5. El jefe de servicio pedirá siempre más personal y por otra parte más peonadas.

    La razón para pedir peonadas está clara (conseguir un salario razonable que no le ofrecen en su sueldo base paupérrimo comparado con otros paises de nuestro entorno).

    La razón para pedir más personal es doble:

    1- aumenta el número de personas que él mismo dirige. Casi todo el mundo prefiere ser jefe de 200 que jefe de 2. El poder es importante.

    2- el jefe de servicio vela por los intereses de sus junior (especialmente residentes que van terminando la especialidad en su servicio). Tratará de buscar "salidas" a esos junior entre otras cosas porque les conoce y les estima de algún modo.

  6. No te creas lo de las peonadas, ya nadie quiere hacerlas. Prefieren pasarse la tarde/noche en la privada…

    En cuanto a lo de pedir personal, la primera es cierta. Y la segunda en parte tambien, pero mediatizada por la primera. Crecer por crecer… De hecho, cuando piden mas gente, pocas veces te comentan que van a hacer algo nuevo o lo que sea, siempre es para hacer lo mismo que hasta ahora.

    Y asi te encuentras con servicios que 5 años despues tienen, 2 facultativos mas y han reducido la actividad asistencial un 10%, sin que haya habido incremento de la docente o investigadora. Misterios de la ciencia…

  7. Estoy de acuerdo que no siempre más recursos económicos, ni siquiera más recursos en general van ligados a una mejora en la calidad, y no sólo pasa en la sanidad pública sino también en la empresa privada ( los departamentos se inflan de personal, aumenta la burocracia, cunde la descoordinación)
    Por eso creo que es muy importante comparar no el gasto, sino resultados, y analizar eso que se llama variabilidad en la práctica clínica, Yo ademas uniría a ello un sistema de encuesta de satisfacción de los pacientes/usuarios, para completar este análisis.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.