La realidad, la ética y la eficiencia chocan a diario en cualquier entorno dinámico de gestión. Y tal vez sean de los problemas más dificiles de resolver para un gestor/lider/manager/comosellame.
Os cuento uno de mis dilemas actuales: por tradición histórica, hay unidades que tienen ciertas compensaciones que en su momento se establecieron a cambio de ciertas actividades extraordinarias. Pasa el tiempo, la tecnología avanza, hay cambios en la forma de trabajar, se externalizan ciertas actividades… y esa compensación sigue pagandose.
¿Que hacemos con esos derechos adquiridos en los cuales pago por una actividad extraordinaria que ya no se realiza? Lo lógico es dejar de pagar, pero los diversos poderes en la sombra del mundo sanitario son muy potentes, alimentados por cierto corporativismo que sigue existiendo, por lo que hay muchisima resistencia a eliminar ese “extra”.
Obviamente, pese a todo, la simple medida de eliminarlo sería legal y muy rentable en terminos puramente económicos, pero lo dificil es que ese colectivo se siente “herido” y “agredido” ya que se les reduce (tampoco mucho, por supuesto) su sueldo total, y provocaría una situación dificil de protestas, abandonos, etc. que no favorecería mucho el entorno laboral.
Yo tengo muy claro como actuar, aunque la decisión final no depende de mi.
¿Que harias tú?
“De vez en cuando la vida”
JM Serrat
Por cierto, en breve atracón de clases: liderazgo clínico; nuevas formas de organización sanitaria, comunicación en pymes; gestión del tiempo. Si al final me acabaré aficionando a esto de ser profe 🙂
Ser profe engancha (te lo dice una)
Como nos pedías en tu resumen dominical de hoy te comento en este post que aunque antiguo seguro que no ha perdido vigencia.
Mi impresión es que si ese complemento esta claramente relacionado a una actividad extraordinaria y esta ya no se realiza debería eliminarse y todo el mundo lo debería entender (que no significa que este contento con la decisión)
Si por el contrario el complemento no se relacionó en su dia con la actividad mejor no tocarlo.